Banda: Sword
País: Canadá
Formato: Vinil 12" lp
Impresos: Funda interior
Año: 1986
Compañía: Aquarius Records
Edición: Edición original canadiense
Serial: AQ r 541
Canciones extra: No
Color de vinil: Negro
Notas: Editado en cd oficial.
En estos días en los que si no oyes a MÖTLEY CRÜE eres
considerado poser (ironías de la vida, hace 20 años eras considerado poser si
los oías), no es de extrañar que bandas como SWORD son, no sólo ignoradas, si
no despreciadas. La calidad de estos cuatro canadienses va más allá de la
miopía de la masa que cree que ser thrasher
es la única forma de ser “true”. Heavy Metal puro y exquisito es lo que uno percibe en los excelentes cortes “F.T.W.” y “Children of Heaven”, que por algunos
momentos tienen infiltración de cosas algo comerciales. “Stoned Again” es
pesada, pero con unos coros que la hacen más melódica de lo que en realidad es.
Como guitarrista instruido que Mike Plant se nota que era, no es difícil
hallarse con algunos elementos poco recurrentes en el Metal, nomás que este wey
los acoplaba perfectamente al Heavy Metal, y por lo tanto, no se escuchaban
absurdos, tal es el caso de “Dare to spit”. Con puro poder termina el lado A la
eminente “Outta Control”, ejemplo de Power Metal hecho para el headbanger tenaz y necio. Siendo
canadienses, el grupo tenía cierto perfil del sonido típico gringo, con una
producción cuidada y ejecución impecable. Rick Hughes recuerda mucho a la voz
del finado JD Kimball, poderoso vocalista de los venerados OMEN. Machacante es
“The End of the Night”, pero atrae más la atención la excelsa “Runaway”, que es
algo acelerada, pero poderosa a pesar de que Mike hace algunos cuantos pases
mágicos en la lira que lejos de aburrir, le merecen unos aplausos. Otra de
verdad apantalladora es “Where to Hide”, de paso heavy, dinámico y con bajeo
discreto pero consistente. Ese solo de guitarra está del uno. La distorsión de
la guitarra está en el punto perfecto para lograr la pesadez y mantener la
harmonía, con lo cual SWORD logra que las canciones no aburran pero para nada,
y uno hasta se quiera poner a corear, justo lo que sucede en “Stuck in rock”. Este
monumento al Metal no podía concluirse con una pendejada, y es por eso que
corona la obra los riffs de “Evil spell”, que igual los coros de respaldo es lo
único que no impacta DE TODO EL DISCO. Es una vergüenza que talentoso rockeros
como Plant y Highes estén perdiendo su tiempo en grupitos de poca monta.
Lamentablemente la edición en cd es extremadamente rara, pero el lp igual lo
hallan a algún precio algo accesible de unos 200 pesitos.
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